Orange, multada con 50.000 euros por emitir y cobrar facturas a un menor de diez años

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Orange, filial de France Telecom, ha sido multada con 50.000 euros por emitir cargos a un menor de 10 años.

La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) ha realizado las investigaciones pertinentes tras la denuncia presentada por la madre del menor. En las pesquisas se comprobó que Orange había emitido hasta seis facturas al menor, entre julio de 2010 y marzo de 2012, "por no cumplir la permanencia asociada".

La AEPD ha afirmado que la operadora no se preocupó de comprobar la autenticidad de los datos bancarios y personales. La Agencia considera que France Telecom debería haber realizado las acciones necesarias para evitar dar de alta a un menor.

La sentencia afirma que "en modo alguno, France Telecom ha acreditado que comprobara la edad de la denunciante, ni ha aportado documento alguno que lo acredite, como pudiera ser la solicitud del DNI, o incluso el propio DNI, sino que se apuntó el número del DNI (también erróneo) y comenzó a facturar un servicio a la cuenta ancaria proporcionada, sin realizar ninguna comprobación".

La Ley General de Consumidores y Usuarios señala que es la entidad de telecomunicaciones la que debe asumir los riesgos de la contratación a distancia, minimizando los riesgos de altas fraudulentas, implantando los protocolos necesarios para ello.

Noticia completa en www.facua.org

Biblioteca Vaticana digitaliza documentos con tecnología de la NASA

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La Biblioteca Apostólica Vaticana ha archivado digitalmente unos 80 mil antiguos manuscritos en formato FITS (Flexible Images Transport System), una de las tecnologías que utiliza la NASA desde los años ’60 para organizar la información de sus investigaciones espaciales.

La Biblioteca Apostólica Vaticana es la única institución cultural del mundo que ha decidido archivar digitalmente sus propios manuscritos con la tecnología de la NASA, tal como se informó en la "Semana Europea de la Astronomía y las Ciencias Espaciales", que del 2 al 6 de julio se celebró en la Pontificia Universidad Lateranense de Roma.

Digitalización de la Biblioteca Nacional de España

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Unos 75.000 de los títulos más importantes de la Biblioteca Nacional de España (BNE), o lo que es lo mismo, más de quince millones de páginas, están accesibles ya para cualquier persona desde cualquier punto del planeta de forma libre y gratuita a través de la página web www.bne.es.

A finales de 2008 la BNE firmó un convenio con Telefónica para la digitalización de 200.000 títulos, que representarán en torno a 25 millones de páginas. Desde entonces, la Biblioteca Digital Hispánica (BDH) se ha consolidado como un recurso en línea que proporciona acceso libre y gratuito a miles de documentos digitalizados. Hasta el momento ha sido posible incorporar a la BDH más de 75.000 títulos de todos los tipos de material, que suponen el acceso a cerca de 15 millones de páginas digitalizadas.

Los fondos de la Biblioteca Digital Hispánica representan la riqueza y variedad de la propia Biblioteca Nacional encontrándose, entre ellos, casi todos los tipos de materiales disponibles en la BNE: dibujos, grabados, fotografías, materiales cartográficos, registros sonoros, manuscritos, incunables, libros de los siglos XVI al XX, prensa histórica, ephemera, etc.

Para lograr estos objetivos y conseguir poner cada día 30.000 páginas a disposición de los digitalizadores, la BNE emplea gran cantidad de personas y de recursos tecnológicos. El proceso que permite mantener este ritmo implica la selección de obras y ejemplares, la revisión de su estado de conservación, de su catalogación y de cualquier incidencia que afecte a las obras.

Las obras se digitalizan de acuerdo a los estándares fijados internacionalmente y esta digitalización pasa por diferentes controles de calidad para evitar, en la medida de lo posible, errores con el objetivo de que la digitalización que se lleva a cabo sea la definitiva.

Finalmente, las obras son incorporadas al portal de la BDH para que cualquier ciudadano pueda acceder a ellas libremente. Además, la BNE conserva una copia digital de alta resolución que permita realizar nuevos derivados en el futuro.

La digitalización es para la BNE un objetivo estratégico porque contribuye de forma ejemplar a cumplir con la misión de preservación que tiene la institución, al permitir que una vez digitalizadas las obras ya no deban ser prestadas o trasladadas. Y del mismo modo contribuye también capitalmente a difundir los fondos que en ella se conservan entre especialistas, que ven facilitada su tarea, y ciudadanos en general, que tienen fácilmente accesible un patrimonio al que hasta ahora les resultaba difícil llegar.

El ejemplo más exitoso de esta capacidad de llegar al gran público es, hasta la fecha, el desarrollo del ‘Quijote Interactivo’. Para realizarlo, se partió de la digitalización de los ejemplares que conserva la BNE de la primera edición del Quijote y, sobre esto, construyó un portal interactivo al que se han incorporado mapas, ilustraciones, grabados y otros contenidos procedentes de 43 ediciones distintas del Quijote y de otras 21 obras más, todas pertenecientes a la Biblioteca Nacional.

El libro de Cervantes se digitalizó con una altísima calidad, lo que permite una óptima ampliación de las frases e incluso se aprecian las imperfecciones originales del papel. Respecto a la interactividad, el lector puede acceder a contenidos multimedia, que ayudan a contextualizar la obra: por ejemplo, puede oír el sonido real de las páginas al pasar como si tuviera el libro auténtico entre sus manos, escuchar la música de la época o adentrarse en la vida del siglo XVII (gastronomía, teatro, vestimenta o aficiones).

Desde su lanzamiento en octubre de 2010, ‘El Quijote’ digitalizado está siendo un éxito rotundo, y ya ha sobrepasado los dos millones de visitas de usuarios, que han podido disfrutar gratuitamente la obra magna de Cervantes al estar accesible desde la web de la BNE.

Fuente:  www.elmundo.es

Digitalización de las maravillas del mundo

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Google ha escogido España para la presentación mundial del World Wonders, las maravillas del mundo, por ser, junto con Francia e Italia, el país con un mayor número de monumentos y lugares históricos digitalizados. La iniciativa forma parte del Instituto Cultura de Google, una división de la empresa cuya dirección lleva el historiador e informático, Steve Crossan. El proyecto no aporta imágenes totalmente novedosas o nunca antes vistas, sino que le da un enfoque didáctico y añade contexto cultural para su mejor comprensión. World Wonders se estrena en seis idiomas: inglés, francés, español, italiano, japonés y hebreo.

En Google Street View, los mapas a pie de calle de Google, ya estaban. Es el caso de las ruinas de Pompeya o la catedral de Colonia, la diferencia reside en que el sitio creado permite consultar el contenido de los asociados al proyecto: la Unesco, la organización británica de fondode monumentos y la agencia fotográfica Getty Images. En este caso se añaden, en el lateral derecho, vídeos de cada lugar que Google ha considerado interesante y fotografías de los propios visitantes que han etiquetado con Panoramio, un servicio creado en España y que posteriormente adquirió el gigante californiano.

El proceso de digitalización no ha sido diferente al que se sigue con Street View: mapas a pie de calle, que tantos quebraderos de cabeza legales le han dado. La diferencia  respecto a las calles es el acceso a los monumentos. Luc Vincent, ingeniero director de Street View, celebra la evolución de la tecnología para guardar las imágenes de las calles. En 2006 empezaron con unas furgonetas, en 2007 y 2008 llegaron a los coches, con mejor cámara y un GPS más preciso. Considera que en 2010 se dio el gran paso con la cuarta generación, con un conjunto de 15 cámaras colocadas sobre los coches, simulando un balón de fútbol. Sin embargo, hasta que no llegaron las bicicletas no fue posible añadir lugares como Stonehenge. A medida que han mejorado la tecnología han conseguido tener la selva amazónica a un solo clic o los Alpes suizos.

El acceso, según Google, es el mayor impedimento para que la Alhambra de Granada no se encuentre entre los monumentos digitalizados, por encontrarse en un terreno todavía de difícil acceso para sus máquinas (las escaleras). Crossan anuncia que en el futuro habrá mochilas con capacidad de almacenar todas las imágenes, como ahora hacen las bicicletas. Conversando con el ingeniero surge otra opción, que los carritos, algo así como una torre cuadrada con un ordenador dentro de dos metros de altura, usado para almacenar, por ejemplo, el interior de la Casa Blanca, cambiasen su forma de moverse. En lugar de ruedas podría tener un mecanismo de oruga, como los carros de combate o algunas excavadoras para ir sobre terreno escarpado.

Llama la atención la escasa integración con Google+, su nuevo intento de red social. Solo se puede enviar el contenido al perfil de cada uno, pero no se aprovecha como una herramienta educativa, que los profesores pudieran usarlo para enseñar a los alumnos los lugares a modo de visita guiada.

Respecto a la elección de las World Wonders, faltan, por ejemplo, la Sagrada Familia de Barcelona o el madrileño Museo del Prado. Google argumenta que tampoco está el Louvre de París, pero que en su momento se le dedicó una web especial a la pinacoteca española. Sí que se encuentran en cambio los centros históricos de Mérida, Tarragona, Córdoba, Toledo, Cuenca, Salamanca, Ávila, Cáceres, Santiago de Compostela, Segovia, Lugo y San Cristóbal de la Laguna, doce maravillas españolas frente a las tres de Australia. En Estados Unidos abundan los parques nacionales y México cuenta con 12 lugares espaciales, no tanto monumentos, pero sí entornos que destacan en conjunto, como el centro histórico de la propia capital, Zacatecas, Puebla, Morelia y Guanajuato. Se echa en falta algo más de contenido de América Latina, donde solo aparece Brasil con el santuario de Congoñas y los centros históricos de Diamantia y Ouro Preto.

El criterio de Google a la hora de elegir los monumentos, que insiste en que es consensuado con los aliados en la iniciativa, no tiene que ver con la cantidad de visitantes o un estricto criterio por valor artístico, sino que depende de la “eficiencia”, de si se tiene a mano un equipo para digitalizar imágenes, o de las facilidades que den las autoridades. Google insiste en que esto es solo el comienzo y que pronto habrá más contenido de todo el mundo.

Asia, por ejemplo, no sale demasiado bien parada: hay gran cantidad de templos y lugares de Japón, así como el centro histórico de Jerusalén y Tel Aviv, pero nada más. Es lógico que no aparezca China, pero ni rastro de India o Vietnam. Y del continente africano, ni pestaña. En África no hay maravillas. En definitiva a las Google World Wonders le queda mucho trabajo por delante.

Fuente: www.elpais.com